miércoles, 21 de julio de 2010

Conversación Castor Villa E- mail


Castor:

Este frio carcome mis huesos... al igual que esta soledad le quita mil respiros a mis días, que cada vez son menos

Diana:

a mi el frio me carcome los pies

de tanto andar

de tanto esperar

Castor:

Están al borde de ser amputados... como algún día Sofía amputo mis sueños, pero se olvido de extirpar este corazón.

Diana:

afortunadamente … mientras tengas corazón podrás seguir ... los sueños son regenerativos.

Castor:

Claro... se regeneran... pero nunca serán los mismos

Pero estimada Flor, tienes toda la razón... este corazón todavía resiste muchas mutiladas.

Diana:

será el corazón un órgano regenerativo, como la lengua???

alguna vez tuve una caída en bicicleta y me rompí la lengua y en 8 días estaba completa.

eso podrá pasar acaso con el corazón ???

Castor:

Claro, el corazón se regenera de una forma extraña... pero de manera amorfa, late con otra intensidad, con otra furia y desgano a la vez... de esa forma caracteristica entre haberse sentido sin necesidad de corazón, porque creias que con un simple beso bastaba para vivir, ... pero luego te das cuenta que sigues siendo de carne, que existe un musculo que te mantiene vivo sin querer estarlo, pero al final de cuentas late a otro ritmo... eso que llaman cicatrices, que sanan, que hacen bulto, pero que determina como se ve venir un sístole y un diástole diferente.

Diana:

tu si sabes como dejarlo a uno en silencio no Castor!!! .. un silencio tambaleante y hasta jadeante.

Castor:

Yo que algún día creí que ese amor seria el nacimiento de una estrella... pero ahora soy una luna orbitando sobre un planeta desierto, lejano, extraño y frio... sobre el recuerdo del día que dijo adiós.

Diana: ¿Castor?


jueves, 8 de julio de 2010

Un Segundo de Atahualpa

Cada vez que la puerta de un bus se abría frente al paradero Atahualpa disminuía su carrera, los dedos iniciaban el conteo uno, dos, tres niños.. uno, dos viejos.. cuatro, cinco niños, tres viejos.. luego su mirada seguía solamente a los niños con la esperanza de que siguieran en línea recta hacia el parque.

Hoy fue diferente, Atahualpa sintió que todo a su alrededor se suspendió, la sangre se agolpó y puso a tamborear el corazón. La mirada se clavó en la figura de ese hombre de piernas largas y nariz de sabueso que apareció en el marco de la escalera del bus y que antes de dar el ultimo paso al andén cubrió furtivamente un bulto largo entre su abrigo azul casi negro.

Los vientos antiguos de sufrimiento y miedo envolvieron a Atahualpa, no se percató del maletín con libros, ni del corbatín de profesor de escuela, tampoco vio la mirada extrañada de Domingo que buscaba descifrar la escena que representaba una estatua expectante ante una puerta de bus cerrándose.

Atahualpa con mirada fruncida de pavor siguió los ocho pasos que necesitaba el hombre hasta el arco de piedra al parque, mientras lentamente los recuerdos revivieron las escenas que le hicieron el ser que es hoy.

Sintió la mano grande y sudorosa de su padre virándolo del brazo, casi le alzaba del piso y con la otra tiraba una maleta.. revivió las carreras de esquina a esquina agazapados huyendo de los traqueteos de disparos que venían de todos lados y retumbaban en su cabeza.. Se arrastraban como ratas a una carreta, sintió el sudor en su cara y un fétido olor a caballo; gritos de dolor y desespero querían salir pero una voz por dentro le hizo tragar las quejas y el llanto sucumbió debajo de la asfixia de la mano grande que le cubrió la cara con fuerza.

Esos pasos de marcha aceleraban el miedo nuevamente, el rostro amable de su padre estaba desencajado con ojos desorbitados buscando escondites y mientras lo escondía con empujones detrás de su propio cuerpo. El peso de la maleta contra el piso, las botas dejabaron de marcar el tiempo contra el pavimento le hizieron consiente de que estaba suelto y sus manos se retorcían una contra la otra..El miedo y la soledad se vistieron de rabia y lo cubrieron.

La visión de la casa flotante en la orilla del muelle que se los llevaría a ese lugar lejano estaba impedida por los soldados con pelo rígido y bultos al hombro que formaron una muralla frente a ellos.

Revivia una y otra vez las suplicas y ruegos de su padre retumbaban como un violin estridente rasgando su pequeño corazón..los soldados revisaban las libretas con fotos. Si solo hubiera puesto atención si hubiera dejado de buscar el barco, no podía recordar ni entender que decían. El eco de la angustia y la rabia de no haber hecho algo se volvió culpa y aún hoy devolver el tiempo era un imposible debía dejar de luchar de querer sacar fuerza para empujar esos soldados con fusiles y echarlos al agua..

Si solo pudiera coger esa mano otra vez no la soltaría nunca más y hubiera corrido atrás tal vez lo llevaría de vuelta a la casa de estufa de carbón y llamas grandes al lado de la cual estaba el asiento que se mecía mientras le contaba cuentos ..consabido dolor le arrugaba el alma como nunca.

Tampoco hoy podía evitar el peso de la mano temblorosa en su espalda..quería darse vuelta, asirse a ella pero en cambio sintió el empellón hacía una escalera que se balanceaba y sus dos brazos pequeñas se colgaron de ese mundo que se abría como una noche oscura y largo.

La mirada de Atahualpa se enfrentó al viento infernal que fue lentamente secando sus ojos y devolviendo uno a uno los que terminaron por ahogarse como el mismo, en es inmenso olor a pescado -impreso desde entonces en sus pulmones.

Mientras tanto las olas con un vaivén indefinible escondían la línea negra del muelle que sostenía a un hombre de cara dulce arrodillado al lado de una maleta de cuero café que parecía un acordeón.

Patricia Peñaloza

Una Historia de Domingo

Domingo sacudía el polvo de la rutina con el bullicio de esos muchachitos correteando detrás de una pelota o llorando por un algodón rosado o una bomba.

Por alguna razón hoy no se sentía acompañado, hacía frío puede ser la luna que apareció temprano.. las cuatro apenas y la gente caminando acelerada hacia la séptima..Y tantas bombas infladas todavía..las contó una a una.

Sintió de pronto un jalón suave a su ruana se agachó y reviso esos pequeños ojos negros brillar en señal de ruego. Lentamente como si hubiera ensayado la escena, amarraba los 17 globos sobre un manubrio oxidado que alguna vez fue azul, mientras respondía las quejas del padre diciendo“..no se preocupe ..van por la casa..” .Recordó los ojos de Tarzán cuando regresaba feliz con el palo en la jeta..como le hacía de falta el chandoso.

Decidió tomar el camino de regreso, los mismos cuadros trazados en el andén acompañado del chirriar de las ruedas del carrito y pensando ..mañana será otro día. De pronto vio colores que la luz de luna dibujaba a su paso parecía como un arco iris dibujado en el pavimento.

Patricia Peñaloza


viernes, 2 de julio de 2010

MONOLOGO EN DOS MOVIMIENTOS SEGIDO DE UN DISPARO

MOVIMIENTO UNO

Acompañado de:

NOCTURNO EN MI BEMOL MAYOR OPUS 9 DE CHOPIN

Los pasos arrastrándose en el cemento son señal de que el encierro terminará. Se abre la cortina… ahí esta la luz. Siento sus dedos manoseando mi cuerpo, luego llega el golpe sobre el golpe y el golpe, las cachetadas. Estira mi boca ¿acaso me quiere callar? El eco de la aventura aparece rompiendo el desanimo, el viento comienza a hincharme la garganta, los pulmones, el estomago. La piel se dilata, las arrugas se evaporan, las mejillas se inflan y la columna se endereza. Quiero que te detengas… detente… detente por favor, ya no más. ¿Acaso alguien me escucha? Nací con la mudez de los corazones muertos, soy ese perfume sin fragancia que sacan de un mostrador lleno de polvo, el aliento que agoniza cuando lo atraviesa una suave cúspide. Vivo de encuentros epidémicos, para mi no existe la profundidad ni mucho menos la eternidad. Mis lágrimas se secan con el nudo del tiempo que esta por desaparecer. Lleno de nada me enfrento a los caprichos del sol, la danza de la lluvia, el desasosiego de las miradas que nunca se encuentran.

MOVIMIENTO DOS

Acompañado de:

CONCIERTO DE ARANJUEZ

Me han negado la posibilidad de contemplar los rostros y el paisaje, la imperfección de las pieles humanas… pero puedo volar… lo hago cuando la red que ata mis sueños a la superficie se libera. Tampoco puedo opinar sobre una cosa u otra, sentir el dulce del chocolate o el acido del maracuyá. Recorro la ciudad preso de los movimientos de los otros, soy testigo de la llegada de los hombres y las mujeres a los sacramentos de una iglesia hipócrita, de las uniones de los enamorados y la bienvenida o la decadencia de los años. Abrazado a la cabeza de una formula química espero mi libre albedrío, mi suerte. La historia dice que algunos de nosotros somos llevados a ritos de liberación y después de los aplausos atravesamos las nubes en nuestra primera salida al mundo otros en cambio, son ahogados en lagunas de harina , olvidados en la gaveta de una vieja cocina, torturados por los sonidos estridentes de una maquina de hacer círculos o por las puntas asesinas de alfileres, lápices de colores, alambres, uñas o dientes. Se dice que somos la alegría de un pueblo egoísta al que no le importa sonreír ¿y entonces, tenemos nosotros que hacerlo? ¿Alguien se ha preguntado si estamos a gusto con lo que somos? Una vez un valiente lo hizo y tuve que presenciar como entre gritos y jalones lo subían amordazado a una camioneta blanca. Tenemos que exhibirnos a la intemperie para ver si alguien se apiada de nosotros y nos lleva a dar un paseo por el parque, alguien que nos cuide, nos invite a una habitación fresca envuelta en alguna esencia pero sobretodo… alquien a quien le importemos un poco, alguien que combata las burlas y reclamos cuando escuche: ¡estúpido… es que no vez que es un globo! Me pregunto… ¿acaso no es lo buscamos todos?

Por: Diana Carolina Daza Astudillo

Romántica, ninfómana y esquizofrénica.